A veces, en el camino de la vida encontramos “piedritas” o “piedras”, que nos hacen más difícil atravesarlo, encontrándonos con trastornos mentales o situaciones traumáticas que nos causan problemas en el presente, nos interfieren en nuestro día a día o nos repercuten de forma negativa a nivel relacional.
Otras veces las “piedritas” son menos pesadas, pero nos impiden ser felices o estar “en paz” con nosotros mismos (patrones de conducta y/o emocionales inconscientes, creencias limitantes, perfeccionismo, exigencias, falta de límites…), algunas otras incluso son piedras preciosas que no vemos y las abandonamos en el camino o no le prestamos atención, como nuestros talentos o incluso personas cuya compañía nos hace bien… Nunca terminamos de conocernos porque cambiamos continuamente y la vida nos pide afrontar nuevos retos para lograr bienestar psicológico.